domingo, 31 de mayo de 2009

Perfect time

Hoy es el último día del mes de mayo. Y se aproxima el comienzo de un mes malo, lleno de exámenes para muchos de nosotros y a todos los niveles (¡¡¡ánimo a los preuniversitarios!!!!) Al menos tenemos el consuelo de que después del esfuerzo vendrán unas largas vacaciones para descansar (yo al menos lo necesito muchísimo).

Así que muchisima suerte en esos exámenes, mucho ánimo para todos y a por ello.

No se me ha ocurrido una canción mejor para darle la bienvenida al mes de junio (a todo esto, qué rápido pasa el tiempo, ¿no?).
Perfect time.




You always keep in mind
you always know the magic word
the perfect time
the proper voice
the perfect one you are...

sábado, 16 de mayo de 2009

El violinista

A lo mejor algunos se fijan y les pasa lo que a mi, pero muchos otros quizá lleguen tarde y vayan con prisa, o escuchando música a todo volumen en su Ipod y ni siquiera se percaten de su presencia...

Un chico alto y delgado toca el violín como los ángeles cada día en una esquina de la estación de metro de Ciudad Universitaria, como si le hubieran sacado de una orquesta en pleno ensayo.


Tiene cara de buena persona, manos de trabajador, aspecto del este de Europa y observa a quienes pasan por allí cada mañana con una sonrisa mientras mueve el arco con soltura. Sonrisa de felicidad, de estar haciendo lo que realmente le gusta. A veces, a las 9 y media se toma una manzana, sentado en el suelo, al lado de su tesoro: su violín; el que le da de comer. Y madruga para estar allí, cada día en el mismo lugar, mucho más que muchos universitarios que acudimos a clase.

Y me resulta difícil no sonreír, no mirarle, no escuchar sus versiones de "Vois sur ton chemin" o de "La valse d'Amèlie" con detenimiento los pocos segundos que paso enfrente de él; es difícil no sentirme maravillada por cómo suena su instrumento, pero sentirme a la vez terriblemente mal. Mal por permitir (aunque no sólo sea "culpa" mía) que una persona como ese hombre, con ese talento y ese tesón, sólo pueda limitarse a ir mañana tras mañana a una esquina de una estación cualquiera. A que no se haga más por él.

Por todas esas personas, que, por circunstancias de la vida han llegado a una situación similar, en la que tienen que ganarse la vida de alguna manera pero deciden, a pesar de todo, y en vez de otro tipo de "trabajos" con los que quizá obtendrían más beneficios, dedicarse al arte (música, mímica, teatro, magia...) y a hacer un poco más felices a quienes les escuchamos o les vemos.

Sin embargo, no me cabe ninguna duda de que ellos seguro que son mucho más felices que tod@s los que tienen muchas cosas materiales y alardean de ello, pero una vida interior vacía y sin sentido alguno.

Es curioso lo relativa que es la felicidad...






viernes, 1 de mayo de 2009

¿Me crees?


- Te echo de menos - murmuré.

- Ya lo sé, Bella. Creéme que lo sé. Es como si te hubieras llevado una mitad de mí contigo.

- Ven y recupérala, entonces - le reté.

- Pronto, en cuanto pueda, pero antes me aseguraré de que estás a salvo - su voz se había endurecido.

- Te quiero - le recordé.

- ¿Me crees si te digo que, a pesar del trago que te estoy haciendo pasar, también te quiero?

- Desde luego que sí, claro que te creo.

- Me reuniré contigo enseguida.

- Te esperaré.

La nube de abatimiento se volvió a cernir sobre mí sigilosamente en cuanto cortó la comunicación.


(Crepúsculo)


¡Feliz día del trabajador!

Un abrazo

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