miércoles, 30 de junio de 2010

Good vibrations

Por fin han llegado. Ya están aquí las maravillosas vacaciones de verano que todos deseamos con más o menos ganas. Unos días (o meses en mi caso) totalmente diferentes del resto del año por las posibilidades que ofrecen y que parece que nunca van a llegar, pero siempre lo hacen.

A mi me encanta aprovechar mis vacaciones para descansar de todo el curso, del estrés, de los horarios, del sueño acumulado... Bañarme en el mar es la mejor solución. Y sobre todo me encanta utilizar estos meses para hacer todo lo que no he podido hacer a lo largo del año, y no son pocas cosas precisamente. Como soy bastante organizada, me gusta poner en orden casi todo: el armario, el e-mail, los archivos del ordenador, los apuntes de la carrera...

También aprovecho para leer todos los libros pendientes, escuchar música nueva, bloguear, ver películas y series que llevo tiempo queriendo ver y para hacer cambios en la decoración de mi habitación, de mi sitio de estudio... Aunque parezca raro, me encanta hacer esas cosas. Es como si mental y físicamente necesitara expresar que empieza otra etapa nueva que dura hasta septiembre. ¿Más cosas? Viajar, por supuesto, es otro de los imprescindibles del verano y, si puede ser a un lugar que no conozca, mucho mejor; ponerme al día con todas las personas a las que no he podido ver tanto como quisiera, ponerme morena (o intentarlo), darme algún que otro capricho, meditar... Yo es que también tengo propósitos de verano y no sólo de año nuevo :)

Ahora tendré más tiempo de escribir, así que nos leeremos próximamente. Sed felices.





P.D: El anuncio con muchos de los ingredientes con los que muchos/as querríamos aderezar nuestro verano...


miércoles, 16 de junio de 2010

Eres tú

Una menos diez de la noche. Apenas hace diez minutos que me has dejado en el portal de mi casa y ya te echo de menos.

Es curioso que ya no pueda ni quiera imaginar a otra persona que no seas tú haciéndolo. Y así con muchas otras cosas... ¿a quién más le iba a contar toda mi vida?, ¿a quién más iba a dejarle conocer todos mis secretos, mi corazón, mis lunares, mis lágrimas?. No siempre confío en el destino, pero creo que fue
precisamente él quien se cruzó, hace ya más de dos años, por nuestros respectivos caminos.

Gracias por todo lo que tú ya sabes (y yo también), por quererme igual que desde aquel día que
charlamos horas y horas en aquella estación llena de gente y, sobre todo, gracias por hacerme tan feliz.





No puedo vivir sin tí. Y no es sólo una canción de amor.


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