“Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo, pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A mí me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico pero siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos… Cuando los aviones se estrellaron contra las torres gemelas, que yo sepa, ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza. Todas fueron mensajes de amor. Si lo buscáis, tengo la extraña sensación de que descubriréis que el amor en realidad, está en todas partes”.
Este es el comienzo de "Love actually". Y lo he elegido porque me parece brillante. Esa voz en off del siempre genial Hugh Grant hablando tan serio y esas imágenes tan conmovedoras de encuentros en ese aeropuerto, de muchos tipos de personas que tienen algo en común: se quieren, hacen augurar que la peli va a ser de las que se recuerdan siempre.
Y es que es cierto. Tantas sensaciones se pueden palpar y ver en un aeropuerto...
Caras de alegría, de confusión, de "estoy en casa" o de "no me quiero ir". Suspiros, abrazos, besos apasionados, llantinas, miedo de lo que va a pasar. "¿Qué tal el viaje?", "Por aqui todo igual", "Te veo más alta, y más morena". "Ten ciudado con todo", "No te fíes de nadie", "Cuando llegues nos llamas...". Sonrisas, te quieros, sensación de alivio porque todo ha ido bien, porque estamos juntos otra vez o de tensión por qué pasará tan lejos de aquí... Muestras de amor que ocurren a nuestro alrededor y de las que muchas veces ni nos damos cuenta.
Por eso no sólo ocurren en un aeropuerto. Realmente, el amor no es algo difícil de encontrar. Pequeños gestos en nuestra vida nos dejan ver que no es algo extraño o etéreo, o que haya que demostrar obligatoriamente de una determinada manera, sino que hay muchas formas de dar y de recibir amor de las personas. Lo interesante es darse cuenta de que el amor, en realidad, está en todas partes.