Sara lo tenía claro. Demasiados meses de fingir algo que no sentía realmente, que no le llenaba como tiempo atrás ocurría cuando estaba a su lado. Y allí quería volver, a estar junto a él, a mirarle a sus preciosos ojos marrones y sentir que era justo ahí donde quería estar el resto de su vida.
Sus planes eran sencillos, pero complejos al mismo tiempo. Por supuesto, lo primero era hablar con Aitor. Ella no era de las típicas chicas que dejaban a una persona importante en su vida de cualquier forma.
Quería contarle qué le pasaba y agradecerle todo el apoyo y las sonrisas que la había sacado cuando estaba viviendo momentos muy, muy duros. Pero una cosa era eso, el apoyo y los buenos ratos y otra muy diferente era el amor.
El trayecto en metro a casa de Aitor se le hizo muy corto, pero le dió tiempo a pensar en qué pensaría él cuando le dijera lo que pensaba decirle y en qué cara pondría. Sintió miedo de herirle, pero sabía que hacía lo correcto. Cuando llegó al portal, llamó al telefonillo y esperó:
- Sara: Hola, soy Sara.
- Aitor: Ahh, hola - contestó sin un ápice de ganas.
- S: Esto... me gustaría hablar contigo.
- A: No sé, Sara, no sé si es buena idea. Ya nos lo dijimos todo ¿no?
- S: Yo no lo creo. Baja por favor.
- A: Vale... pero sólo un momento, ¿vale?
- S: Te espero en un banco en el parquecito de aquí al lado.
El tono de Aitor no le gustó ni un pelo. Estaba enfadado, y sus razones tenía, pero necesitaba que fuera un poco comprensivo... Se sentó en un banco al lado de los columpios donde los niños subían y bajaban del tobogán y trasteaban a su antojo con la arena...
En apenas cinco minutos, Aitor ya estaba en la calle, dirigiéndose hacia ella preocupado por lo que iba a escuchar... aunque ya lo sabía. Cuando ya estaba cerca, Sara se acercó a él y le dió un beso en la mejilla...
- S: Hola, Aitor.
- A: Hola...
- S: ¿Cómo estás?
- A: Bueno, he tenido años mejores...; pero da igual, cuenta... ¿qué quieres decirme?
- S: No da igual; sientáte por favor.
Ambos se sentaron y durante unos segundos no dijeron ni una palabra, mientras miraban a los niños corriendo de un lado a lado y gritando...
- S: No sé por donde empezar, Aitor... Se me hace muy difícil contártelo...
- A: Empieza por el principio. Suele ser un buen comienzo. - contestó con un deje irónico - .
- S: El principio es, simplemente, que estoy enamorada de un hombre, mi ex-tío, desde que tengo uso de razón y que no he podido quitármelo de la cabeza nunca a pesar de todo: de los consejos de mis padres y de mi tía ni de tu presencia, Aitor.
He pasado momentos inolvidables contigo, te lo aseguro, y me has hecho feliz cuando creía que no tenía nada más por lo que luchar, y por eso estoy aquí, para agradecértelo. Pero no quiero jugar contigo, no quiero que pienses que esto puede seguir adelante, porque no puede. Tú te mereces a alguien que te haga sentir lo que Lucas me hace sentir a mí... He intentado olvidarle a tu lado... y hubo un momento en que pensé que lo había conseguido, pero hace unos días hablé con él y vi en sus ojos tantas ganas de quererme y de empezar de nuevo que me ha hecho dejar de dudar, Aitor. Sólo quiero que me perdones y me que entiendas...
Aitor la había escuchado pacientemente mirando alternativamente a los niños y a ella cada cierto tiempo. Sara le oyó suspirar y se temió lo peor...
- A: Te entiendo, Sara - ella abrió los ojos y escuchó - Te entiendo y te creo, porque os he visto. Os he visto abrazaros y miraros como sólo dos personas que se quieren con todo el corazón lo pueden hacer. Para mí eso vale más que cualquier otro motivo que me puedas dar. No te puedo decir que no me moleste, Sara, porque estaría mintiendo; pero no te mereces sufrir porque tú me has hecho, durante este tiempo, alguien más feliz. Sabía que estabas enamorada de él, pero mantuve la esperanza de que podrías olvidarle y empezar a sentir algo por mí, pero no ha ocurrido. Parece que la jugada nos ha salido mal a los dos, ¿no? - dijo con una sonrisa mientras le daba un pequeño golpecito en el hombro a Sara...
- S: Muchas gracias, Aitor - se abrazó fuertemente a él mientras le daba dos besos y empezaban a correr unas lágrimas de emoción por sus mejillas - No sabes cuánto agradezco lo que me has dicho... Eres un gran amigo. Y tienes toda la razón, tenía que haber pasado de tí mucho antes pero es que... utilizas unas tácticas muy eficaces... - le dijo con una mirada pícara mientras recordaba algunos momentos que habían vivido juntos -
- A: Hombre, es que las tías no se me dan tan mal - y sonrió de nuevo a Sara con complicidad-; y no te preocupes más por mí, que pondré mi objetivo en otra tía que no esté enamorada de un madero loco... Eso sí... no sé si más guapa...
- S: Ja ja ja - Sara reía otra vez con Aitor, la verdad es que era un tío genial -. Entonces, ¿quedamos como amigos? - y le puso carita de niña buena y le extendió la mano...
- A: Pues claro, Sarita, claro - le contestó mientras le estrechaba la mano antes de abrazarse-
- S: ¡¡ Qué bien !! Cuánto me alegro de haber venido y de haber aclarado todo... Ahora me tengo que ir, ¿vale? - dijo mientras miraba su reloj -
- A: Bueno... Pero ya sabes, lo que necesites... una llamadita y estoy, ¿ok?- Sara le dió un último abrazo y se fue diciendole adiós con la mano.
Prueba 1 superada con éxito. Ahora venía lo más importante...
Lucas.
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ResponderEliminarAy neniiii, ojala pasara esto en la serie...te propongo como guionista, jejeje
ResponderEliminarMuy chulo!
Un besito
Me ha encantado Julia !! quiero leer la segunda prueba jej , tienen muchas cosas que decirse
ResponderEliminarsusi
leido con retrasito.. pero genial la sorpresa... je,je,je... bonitop... y de ciencia ficción.... xDDD! estas cosas en la vida real nu pasan! je,je,je... (lo de que una fémina (que no encanto) actúe así.. je,je,je...)
ResponderEliminarnuevamente, grandeeee! :P :D
guionista++;
je,je,je... besuuuukkiiss!