viernes, 30 de septiembre de 2011

Ahora que todo ha terminado

Hoy me voy a poner trascendental. Es curioso lo que nos pasa en la vida... De niño a joven pocas cosas hay que pensar por uno mismo. Te llevan a la guardería y luego, en el colegio, vas pasando de curso en curso siendo, como mucho y afortunadamente, tu máxima preocupación saber con qué compañeros te pondrán. Cuando llegas al bachillerato tomas quizá la primera decisión importante en tu vida, decidir qué especialidad hacer, lo que condicionará tu futuro en cierta medida. La tomas, mejor o peor y sigues adelante. Habitualmente el siguiente paso es hacer la selectividad, aprobar y tomar tu segunda decisión vital: elegir una carrera. 

Hasta aquí es todo como una especie de viaje en el tiempo que, ahora en mi caso, puedo visualizar casi con todo detalle. Desde la guardería hasta ahora, todos los "siguientes pasos", el siguiente camino a tomar, me lo habían mostrado y yo sólo he tenido que elegir si tomarlo o no y cómo recorrerlo.

Pero hace un par de semanas que he terminado la carrera que era casi toda mi vida, desde hace cinco años. Y ahora que ha llegado este momento, sólo siento vértigo, miedo e incertidumbre. Algo así como estar en un precipicio, desde el que no se pueden divisar las preciosas baldosas amarillas que solían guiar mi camino hasta el siguiente punto. Porque ahora no sé cuál es el siguiente punto.

Y es ahora, aunque parezca increíble, cuando me "enfrento" cara a cara y directamente conmigo misma para decidir qué quiero hacer con mi vida, por dónde continuar, hacia qué dirección colocar la siguiente baldosa de mi camino. Y no es sencillo, os lo aseguro. A que te lo den "todo hecho" se acostumbra una muy fácilmente.

Puede ser que en los próximos meses y años tome malas decisiones y que las baldosas que coloque sean más inestables que las arenas movedizas. Pero no estará todo perdido. Siempre nos podemos salir en algún desvío para reorientarnos si nos hemos equivocado. Quizá todo sea mucho más sencillo y me pase como a Indiana Jones en el Leap of Faith, que pensando con cabeza y con un poco de fe, el camino se abra ante mí poco a poco sin que yo me dé cuenta. 

En cualquier caso, la incertidumbre y la curiosidad del miedo a lo desconocido siempre han sido, a lo largo de la historia, motores de grandes e importantes cambios. Espero que ese miedo no me venza y sea capaz de dar ese paso en el aire. Intentaré tomármelo como una aventura, la aventura de mi vida.

Además, ya se sabe: desde los acantilados siempre hay unas vistas magníficas.


3 comentarios:

  1. Todo fin es siempre un nuevo principio, you know =)

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  2. El principio de algo mejor, espero.

    ¡Muchas gracias por el comentario!

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  3. Claro que sí, aparecerán baldosas seguras que te guiarán por un buen camino =)
    ¡Mucha suerte!

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Muchas gracias por comentar :)

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